30 de diciembre de 2009

Reimaginación del fracaso.

Si algo hemos aprendido de forma definitiva en este 2009 es que los remakes en la TV americana no funcionan, dicen que segunda partes nunca fueran buenas pero el índice de fracaso de nuevas versiones de antaño éxito es irrisoria, menos aún si la serie original era ya un fiasco de por sí, sino que se lo digan a Rob Thomas.


Los mayores tortazos de los últimos tiempos han sido Flash Gordon, Bionic Woman y Eastwick, la primera fue una burdísima adaptación de la serie de los años cincuenta que detestaron tanto los críticos como los espectadores desde el minuto cero, rodada en Canadá con cuatro dólares estuvo en antena los 22 episodios encargados pero la entonces Sci Fi se encargó bien pronto de decir que no habrían más, fue la peor serie con diferencia de 2007.


La segunda, fue otro fiasco importante, aunque esta vez todo parecía que iba a ir mejor, ya que el encargado de la reimaginación no era ni más ni menos que David Eick, mano derecha de Ronald D. Moore en Galactica, el piloto atrajo a casi 14 millones de seguidores pero el octavo capitulo solo reunió a 6, eso unido a una huelga de guionistas y a una protagonista anodina que era vapuleada en pantalla por Katee Shackhoff lo hizo todo.


Eastwick ha sido el gran fracaso de esta temporada (con permiso de The Beautiful Life), la mala copia de Desperate Housewives y Charmed tan solo pudo atraer a 8 millones y medio de seguidores en su estreno que fueron bajando hasta los 3,5 del décimo y último episodio emitido, toda una vergüenza para la ABC, que deberá buscar un hueco para los tres últimos episodios grabados.


Moderados son también los fracasos de la reciente Melrose Place, una serie mejor de lo que todo el mundo piensa a la que el publico le ha dado la espalda, y eso que ha conseguido traer a la zorra de Amanda de nuevo, ha firmado por 18 episodios esta temporada y parece ser que serán de los que disfrute porque su vuelta se ha visto postergada al 9 de Marzo y solo un milagro la podía salvar, cosa parecida al caso 90210, un estreno brillante y unos datos posteriores muy flojos que no han ayudado en nada a Melrose, ni la vuelta de la diva del blog, Shannen Doherty, ni la nostalgia han podido con los espectadores de una CW que últimamente se conforma con que sus series superen los dos millones de seguidores.


Knight Rider y Life On Mars también sufrieron la indiferencia de los seguidores la temporada anterior, la segunda generó buena opinión en los críticos pero su audiencia era un continuo goteo de seguidores lo que hizo que la ABC se desinteresase por ella, la primera tuvo un piloto como tv movie muy visto y se le concedió el honor de ser serie regular, y tras unos titubeantes inicios se le concedió una temporada completa que fue recortada ya que los críticos masacraron la producción y la perdida de audiencia fue galopante. En España triunfó durante todo el verano, un hecho que nos enorgullece profundamente.


Un futuro parecido parece estar dispuesta a correr V, tras una impresionante campaña de marketing y unos datos muy buenos en el piloto, se fue apagando durante los tres episodios siguientes, ahora tiene tres meses de hiato que pueden poner la puntilla a la reimaginación de los lagartos que tuvieron más éxito aquí que en su país natal.


Aunque eso sí, hay que darle al césar lo que es del césar, y dos de las producciones más laureadas de la actualidad son remakes, hablo de Battlestar Galactica, que triunfó sin que nadie apostase por ello y The Office US, que revalidó el éxito de su predecesora inglesa y todavía sigue siendo el producto estrella de la NBC.


¿Seguirá ABC apostando la próxima temporada por rescatar clásicos en el olvido? ¿Cuál es para vosotros la peor reimaginación hecha hasta la fecha? ¡Se aceptan sugerencias!

29 de diciembre de 2009

Spartacus: sangre digital y arena cartón-piedra.

La nueva apuesta del canal Starz ya se ha filtrado en Internet semanas antes de su estreno oficial, el piloto está en todos sitios y ha llegado la hora de decidir si indultamos a esta producción o la enviamos directamente a los leones.


Lo primero que hay que aclarar, es que como he dicho, se emite en Starz, que es un canal de cable premium, por lo que necesita de abonados específicos y sigue más o menos la estela iniciada por HBO y Showtime, Starz tiene 18 millones de abonados, mientras que HBO cuenta con más de 35 y Show se conforma con solo 13,5, en resumen, que este tipo de canales tienen total libertad para tratar los temas que quieran y de la forma que quieran, no tienen cortapisas.


Quien aventuró en primera instancia nada más conocer la premisa que esto iba a ser una apurada mezcla entre Gladiator y 300 dio en el clavo, literalmente, los 54 minutos de metraje transcurren como un medido videoclip al más puro estilo de la película de 2000 y los efectos especiales son calcados a los del film de 2007. ¡Pura inventiva!


La historia es simple, un grupo de tracianos, un ejercito romano en guerra, deserción y bajada a los infiernos de la arena y sangre, nada que no sepamos, pero eso sí, bien lavadito y adecuado a nuestros tiempos.


Si hablamos de los personajes, hay que decir que brilla por su ausencia el desarrollo de la personalidad y cualquier matiz que pueda darles profundidad, desde el primer momento sabemos aquí quienes son los buenos y los malos malísimos gracias a unos juegos de miradas, intrigas y músicas de fondo propias de una producción de los noventa, aunque también hay que decir que en todo este tinglado aparece Luci Sin Ley, y claro, por mucho pelucón a lo Alaska que lleve, su presencia multiplica por 3 el interés de la producción, aunque sus apariciones estén contadas de momento.


Los efectos especiales son cuantiosos, cromas por doquier que hacen poco inverosímil la historia, ya que los personajes se pasan la mayoría del episodio deambulando entre exteriores generados por ordenador que cantan bastante, a eso hay que añadir la incesante utilización de la cámara lenta como recurso de dramatismo, así como el uso de imágenes de alta violencia como decapitaciones o amputaciones de miembros, aderezados con litros y litros de sangre digital que sale disparada como si de un surtidor se tratase y hacen que se te revuelva un poco el estómago, y señores, yo tengo un estomago a base de bombas.


También tenemos tiempo para lo erótico-festivo, por que esto es cable y encima premium, así que no faltan los desnudos integrales de mujer, tetas, culos y folleteo cuando es necesario, que eso atrae también a cierto sector de población, no nos olvidemos.


A pesar de que el metraje pasa de forma verdaderamente rápida Starz parece que vuelve a fallar en su empeño por crear una serie a la altura de sus dos grandes competidoras, todos hemos visto como Showtime ha podido posicionar algunos de sus productos como series de vanguardia con un número más reducido de subscriptores, por lo que Starz debería ser capaz de eso y mucho más, y es a lo que aspira, si AMC lo ha conseguido ¿Porqué no?


Pese a todo, tendremos que darle un pequeño voto de confianza, tan solo es un piloto y la historia puede ir cogiendo ritmo con el paso de los capítulos, de momento, Starz ya la ha renovado por una segunda temporada por muy increíble que parezca, no sé si es que yo soy un necio y no he sabido verle las virtudes a esta producción o si es que en verdad la historia mejora de forma galopante, lo único que sé es que de momento solo se merece esto:


26 de diciembre de 2009

Baño de sangre.

Literalmente. Si no has terminado de ver la cuarta temporada de Dexter será mejor que no continúes leyendo, y ¡Cuidado con las imágenes que ilustran la entrada, son muy gráficas!


Mi relación con Dexter siempre ha sido de tira y afloja, quizá porque nunca he sabido ver las bondades que todo el mundo lanzaba al vuelo sobre ella, quizá porque nunca me ha caído muy bien Michael C. Hall, ni aquí ni en Six Feet Under, o quizá porque el arco argumental que nos presentan cada temporada tiene un principio, nudo y desenlace un tanto obvios que hace que le cueste arrancar hasta promediado su ecuador.


Sin lugar a dudas, esta cuarta temporada ha sido la más disfrutable de todas, porque no me negareis que la tercera temporada fue un estupor continuo que solo cogió ritmo una vez estaba a punto de terminarse, y aunque Miguel Prado parecía la reluche al final no fue para tanto.


Entre las virtudes de esta temporada destaca el hecho de haber estado mucho más cohesionada, sin episodios de relleno, con una trama atractiva para el personaje de Deb, que me ha gustado cien veces mas que en los tres últimos años, la evolución de Dexter hacia un ser humano con sentimientos hacia su familia y como no, John Lithgow, que ha demostrado su valía interpretativa, porque aunque me costó despegarme de la arraigada imagen de este actor como un alocado extraterrestre, una vez superado el trámite se come con patatas al resto del casting.


Aunque también han habido cosas malas, la relación de Laguerta y Batista ha sido un peñado del quince, Masuka ha perdido todo su encanto, ese pesado Harry Morgan al más puro estilo Six en Galactica como el Pepito grillo incesante repartidor de dosis de moral en formato familiar, ese estilismo de Dexter cuando va a matar, siempre con la misma camiseta, como si los guionistas pensasen que somos tontos y nos avisaran de que Dexter está en modo malote, como cuando los superhéroes salen a patrullar y se ponen su uniforme, y Christine Hill, la periodista que esconde un secreto y a la que se la veía venir desde Lima.


Dexter nos tiene acostumbrados a tramas sólidas dentro de su mitología y la revelación de que la periodista y el asesino en serie son padre e hija es más propia de cualquier culebrón de sobremesa. Y es que el descubrimiento de que Trinity también es un padre de familia me pareció otro gran acierto que se disolvió de forma fulminante al descubrir que también causaba estragos hacia sus familiares, diferenciándolo de un Dexter que continua jugando al juego que siempre se le ha dado tan bien.


La interacción entre Lithgow y C. Hall es maravillosa, la química en pantalla está muy bien lograda, y aunque era más que evidente que el pelirrojo mataría a su alter ego adulto en el último episodio, el ahora contigo, ahora contra ti ha sido lo más disfrutable de la temporada.


No estoy de acuerdo tampoco, con el concepto que los guionistas nos infunden en el que el padre psicótico debe tener un hijo/a igual de demente que él o que un gran trauma en la infancia puede repercutir en el desarrollo de un futuro monstruo. ¿Harry Jr continuará con las fechorías de papá?


Y es que la onírica escena final pone un broche dorado a la temporada más sólida de la serie con la muerte, ups, de Julie Benz, “Rira” o siempre en este blog Darla. ¡Habrá que preguntarse porque la pobre Julie muere en todas las series de esa forma tan calamitosa y siempre con un niño recién nacido!


Y es que con ese movimiento los guionista han apostado fuerte, cargarte un personaje principal siempre es muy difícil, pero creo que este va a ser un golpe de efecto enorme en el personaje de Dexter haciéndole cambiar de forma irremediable, aunque ¿Quién quiere verlo como un ejemplar y soltero padre de familia? Yo, desde luego, no.


Pienso que la cuarta temporada de Dexter, lejos de la perfección de la que muchos pregonan, ha sido un sólido ejercicio televisivo de cómo un drama puede seguir sorprendiéndonos tras 4 años en antena con una premisa que no va más allá de un Robin Hood llevado al extremo, pero que transita por esa delgada línea que hace que nos horroricemos con los crímenes a la vez que intentamos comprender las razones del porqué.

14 de diciembre de 2009

Lo mejor de la década.


Las listas me dan miedo, pereza y a la vez una sensación de frustración irremediable cada vez que leo alguna, básicamente porque pocas veces suelo estar de acuerdo con lo que se dice o porque me importe un pepino americano quien las haga, pero esta vez y de forma irremediable tras leer la lista que ha confeccionado Kratos en su shock blog he pensado… ¿Y porqué no?

Así que me lanzo sin frenos hacia mi top ten particular, aunque Nahum tenga razón y debiéramos hacerlas el año que viene, es inevitable:

10. Alias.

Supuso un soplo de aire fresco en la ficción americana, reina de los cliffhangers y las enrevesadas tramas creó un universo propio difícil de olvidar y unos secundarios de lujo que, auque la historia se perdiese en determinados momentos siempre estaban ahí para reflotar la tumultuosa, y nunca mejor dicho, vida de Sidney.

9. The Big Bang Theory.

Ha sido el resurgir de la comedia tradicional pura y dura, sketch tras sketch pero con la diferencia de una historia, esta vez si, divertida, generada por los dobles sentidos y el universo chocante de unos cerebritos y “una rubia” tonta muy especial.

8. Six Feet Under.

Un cántico a la vida, emoción pura y dura y una magnifica vuelta de tuerca al drama familiar de toda la vida lidiando con los temas más peliagudos de forma poco colorista e incluso cruda.

7. The Office.

O como una comedia puede desencajarte la mandíbula basando sus armas en el absurdo más absurdo y la vergüenza ajena, con un casting hilarante y unas tramas siempre en evolución que la llevan convirtiendo en la mejor comedia al uso durante años.

6. Weeds.

Revolución en las tramas, atrevimiento, frescura y derribamiento de todos los conceptos asentados por una sociedad en la que se debe hacer lo que se debe hacer. Un soplo de aire fresco que se reinventa a sí mismo y que se vuelve más destroyer cada año que pasa. Y Marie Louise.

 
5. Buffy, The Vampire Slayer.

La cazadora, la precursora, una serie con las bases que la ficción de la década desarrollaría, todo un fenómeno de culto por la creación y el camino vital de los personajes aderezado por tramas, a veces ligeras, a veces desgarradoras.

4. Gilmore Girls.

O como una serie sobre una madre y una hija no tiene porque ser aburrida, ni estúpida, de cómo te encandilan unos variopintos personajes que te atrapan el corazón con su gran conocimiento de la cultura pop y sus ingeniosas frases, de cómo todos pueden disfrutar, y de verdad, de una serie de calidad para todos los públicos. Y Lauren Graham.

3. Lost.

La revolución, el fenómeno, la serie que atrae a masas y que más atención recibe por parte de todos, la serie que es capaz de caer en el tedio y resurgir de sus cenizas, la serie marca y marcará un hito en la historia reciente de la TV.
2. Damages.

El ingenio, los cambios de guión, la estructura desestructurada, la trama multi-episódica donde nada es lo que parece y las grandes actuaciones de un casting a la altura de muy pocos. Y una Glenn Close inconmensurable.

1. Battlestar Galactica.

La reimaginación, la reinvención de un género denostado, la historia mejor contada, el drama más intenso, la huída más desesperante y más rica de la década, la serie más adictiva, la mejor.

Ahora es el momento en que mejor me siento, he dado mi lista, podéis tirarme piedras, ¡Pero que a gusto me he quedado!

¿Cuál esla vuestra?

12 de diciembre de 2009

El reinado de las soaps llega a su fin.

¿Se está derrumbando la industria de los dramas seriados en la televisión matutina americana? Todo parece indicar que la existencia de los seriales norteamericanos está llegando a su fin, y la cadena que ha mantenido férreamente este negocio durante más de medio siglo ha decidido plantarse y dar una puntada más para iniciar el declive.


La sorprendente noticia que CBS reveló el pasado 1 de Abril es que cancelaba tras 57 años en antena, la joya de la corona de las soap operas, la serie con la que habían crecido varias generaciones de espectadores y que sostenía el récord mundial, siendo la producción más larga de la historia de la TV. Durante su emisión convivió con infinidad de programas, concursos, otras novelas seriadas y nada pudo con ella hasta ese momento.


Ahora se anuncia el final de otra histórica, As The World Turns, que ostentaba el record de serie más longeva en emisión tras el fin de GL, y también de CBS dirá adiós el próximo septiembre de 2010 tras 54 años en antena, siendo la serie con más premios Emmy y ostentando el récord del personaje de mayor recorrido en la historia, interpretado por Helen Wagner que lleva encarnando el papel de Nancy Hughes desde 1956. Los productores ya se han puerto en marcha para dar otro hogar a esta serie, aunque la cosa parece difícil ya que no pudieron conseguirle a GL una nueva casa tras su cancelación, parecen malos tiempos.


Y es que el otrora boyante género de las soap operas parece que está viviendo su ocaso, tras más de 50 años de esplendor, la última década está viviendo un fragmentación brutal en el sistema americano lo que unido a la incorporación de la mujer al trabajo y la proliferación de game shows más populares han hecho bajar los datos de estas series hasta un nivel casi residual, esto unido al actual panorama de pesimismo en el mundo audiovisual hacen que las networks estén intentando enterrar un negocio que está dejando de dar sus frutos.


Mantener en antena una de estas producciones es dos veces más caro que la producción de un concurso de una hora de duración, la CBS lo sabe y del bloque diario de 4 horas en su programación del año pasado tan solo salvara 2 a partir de 2010, y han saltado las alarmas, por lo que cuentan nuevas cancelaciones en el género pueden surgir en cualquier momento, la ABC es la que mejores datos tiene en este sentido con un sólido bloque diario de 3 espacios pero NBC tan solo guarda, tras haber emitido muchas de las más clásicas, un solo serial en su parrilla.


La ficción está otra vez acechada, aunque la calidad de estas producciones sea ínfima y las tramas más que cuestionables, creo que, desprenderse de un producto que te ha dado casi 60 años de alegrías es, cuanto menos, un síntoma de que los gustos del espectador han cambiado, inevitablemente. Guilding Light con 15.762 episodios y As The World Turns con más de 14.000 capítulos han dejado una huella imborrable en los espectadores americanos y en los más de 30 países donde se emiten regularmente, y la pregunta es ¿Por qué este tipo de formatos no ha llegado nunca a la TV española?

8 de diciembre de 2009

Six Feet Under. Un cántico a la vida.


Six Feet Under se trata, sin lugar a dudas de una de las series más arriesgadas, comprometidas y valoradas de la década que está por terminar. Se estrenó en HBO en 2001 y finalizó su recorrido allá por 2005, cuando una nueva hornada de series se distinguían por su calidad y el deseo de hacer de la pequeña pantalla un lugar donde contar historias que valiesen la pena, pero Six Feet Under se adelantó a todas ellas.

La emisión por parte de HBO permitía al autor de la serie, Allan Ball, que era todavía laureado por American Beauty, recrearse en tópicos en los que por regla general las grandes networks no abordaban, y si lo hacían, desde luego no desde el prisma que el autor iba a utilizar. La premisa no dejaba de ser una serie familiar con un negocio en común y un desencadenante clásico en cualquier serie dramática que se precie, la muerte del patriarca, lo verdaderamente importante son las relaciones humanas, el deseo, la obligación y, sin lugar a dudas, la lucha moral interna derivada de los distintos valores en los estratos de la sociedad representada en la serie.


Nunca antes el tema de la muerte, tabú en la gran mayoría de las sociedades, se había tratado de forma tan desgarradora y a la vez cotidiana, la muerte es aquí, una rutina asfixiante, un sentimiento de liberación y un negocio casi siempre detestable.

Si por algo hay que admirar a esta producción es por el derribo de muchos de los temas tabú que nadie se había atrevido a ahondar todavía, como la homosexualidad, que aunque parezca mentira, era un campo todavía por desarrollar en el drama americano, alejando de histrionismos y dotando a la historia de una veracidad fuera de estereotipos, cruda y reconfortante; el sexo como sensación placentera y no como penalización, el deber, como una losa que va apretando más cada día junto a la responsabilidad que nos va minando en cada paso del camino.


Desde Nate, que es un bala perdida y se encuentra de repente con un mar de problemas y dudas que la vida le depara de sopetón, en una evolución que él no ha buscado hasta convertirse en un fantasma de sí mismo al verse reflejado en la figura paterna que nunca quiso ser, pasando por David, que vive una vida reprimida a la sombra de todos, siendo incapaz de tomar sus propias decisiones y llevando bajo sí, el yugo de la obligación, en contrapunto con Claire, una persona mucho más madura de lo que aparenta que se siente perdida, sin referentes, y sin una motivación vital que le empuje a realizar lo que desea, culminando en Ruth, una madre abnegada que no lo es tanto, con un punto egoísta después de tantos años de inanición emocional que no le impide confesar sus deseos aunque estos se antepongan a los de los demás.

Con unos secundarios de lujo que complementan a cada uno de los personajes de la serie, pronto Six Feet Under se convirtió en una de las series más laureadas por el público y la crítica, formó parte de la edad dorada de HBO y contribuyó sin lugar a dudas a que las producciones venideras se atreviesen con temas más arriesgados y que la construcción de los personajes fuera más rica en matices.


Nunca antes una muerte en una serie había significado tanto, y nunca antes una muerte en una serie había significado tan poco, este drama nos cuenta desde su primer minuto hasta el aliento final los avatares de una familia y los dramas y alegrías relacionados con ella, en una justa medida, 63 episodios de unos 50 minutos, una duración perfecta que hace que las tramas vayan fluyendo hacia su final de forma natural, aunque claro está hay peros, desarrollos de alguna historia un tanto flojos y episodios donde el ritmo se parte completamente, aunque eso sí, son los menos. Aunque tengo que decir que el final es, sinceramente épico y cuenta con los 6 minutos más desgarradores y emotivos que la TV nos ha dado, una alegoría espectacular que pone un broche de oro a todas las historias humanas colaterales reflejadas en la trama y a todos aquellos seres queridos que yacen a 1,82 metros bajo tierra.

Los personajes de la serie viven sus vidas rodeadas de muerte, de pesadumbre de llantos y quejas y aprenden a superar ese miedo para poder vivir, y creo que este es el definitivo mensaje que nos da la serie en última instancia, y es que lo importante es la vida, da igual como la conduzcas, aquí no hay malos ni buenos, hay decisiones, hechos, arrepentimientos y la lucha diaria contra los propios fantasmas de cada uno, y es por eso que cada uno traza su camino y la senda por la que va a conducir.

Six Feet Under es el mejor drama familiar que nos ha dado la industria, una serie rica en matices que, si aún no has visto no puedes perderte.