18 de mayo de 2013

El final de The Office: An American surrealist workplace.



La serie llegaba a su final con muchísima expectación y no han sido pocas las reviews y las dudas surgidas, sobre todo en norte América acerca del sensiblero final que nos han proporcionado, aunque yo, sinceramente, creo que The Office nos ha dado un final como merecían sus espectadores, quizá demasiado edulcorado, poco europeo, pero que te deja satisfecho y con un nudo en el corazón después de nueve años.

Y es que es una de esas comedias que te da pena dejar. Yo he visionado todas sus temporadas excepto la octava. Y la verdad es que no se porque después de no verla durante un año volví a ella en el inicio de la novena temporada, pero he de decir que no me arrepiento para nada, porque he disfrutado esta temporada muy mucho, y sobretodo sus últimos cuatro episodios.



Spoilers sobre la trama de la serie.

Si nos quedaba alguna duda, Jim y Pam se han convertido en el motor de la serie, y su relación de on and off ha sido la piedra angular de la temporada. Yo no recuerdo a una pareja más mona que ellos en la televisión reciente. Eran divertidos, normales dentro de la oficina, jóvenes y se compenetraban perfectamente, y por ello la audiencia ha sufrido viendo como su relación pasaba un bache. Dwight, como no, ha conseguido su objetivo de ser el manager y casarse con una Angela y sus gatos que nos ha dado momentos memorables.



Y si por algo se caracteriza esta serie es por el surrealismo extremo de sus tramas y, por su EXCELENTE, en mayúsculas, grupo de secundarios. El gran acierto de la serie por encima de Steve Carrel es el núcleo de trabajadores que, gracias a sus pequeñas píldoras y a no aparecer demasiado, se han convertido en personajes a los que adorar y en pequeñas piezas fundamentales del engranaje de la serie. Yo no me he reído con ningún personaje más que con Kevin, pero creo que Creed, Phyllis, Stanley y Meredith han tenido infinidad de genialidades.

No hay que pasar por alto el cameo de Carrel, muy inteligente por su parte, porque apareció, como debía hacerlo, pero sin robarle el protagonismo a aquellos que han estado en la serie desde el principio. Todo un ejemplo de compañerismo y falta de ombliguismo, porque todos sabemos que podría haberse apropiado de la finale de todas todas.



The Office vivió unos primeros años de vida excelentes, y aunque perdió el toque, ha conseguido mantenerse en el imaginario como una de las mejores comedias de su tiempo, sino la mejor, y que es ya todo un clásico.

And that’s what she said.

1 comentario:

María Florencia dijo...

Les he visto ahí no he podido resistirme. No he leído la entrada ya que aún no he visto la última temporada, y es que siendo de mis antiguas adoradas, desde que se fue Michael me da una pereza enorme. A ver si un día me pongo y comento teniendo algo que decir. :P