24 de noviembre de 2013

La redención del Doctor.


Parece casi imposible que estemos hablando de una ficción semanal que ha cumplido 50 años. Sí, con sus impasses y demás contratiempos, pero 50 años de una historia épica que, sin lugar a dudas se ha celebrado por todo lo alto.

Es imposible dar la espalda a un producto como Doctor Who, primero por el cariño y saber hacer con el que está realizado y segundo y sobretodo por la magnifica mitología construida a lo largo de 10 lustros, una mitología en la que estamos metidos de pleno, que conocemos de sobra y que hace que esta serie sea tan vibrante, eso y su coherencia dentro de ella. Algo tan difícil de conseguir que asusta.




Queda claro que le podríamos pedir muchas cosas a la serie, que no acaba de desprenderse de ese halo infantil que la tiene un poco restringida, que a veces es demasiado simple y facilona. ¿Pero no será eso al final lo que la ha hecho durar tanto tiempo? Yo, como espectador exigente a menudo me enfado con Doctor Who, pidiéndole más, sabiendo que tiene un potencial que puede explotar en mejores condiciones, pero pronto se me pasa. Al final, la serie siempre te lleva al lugar donde busca. El lugar épico donde al final, la nostalgia y el futuro se unen.

El capitulo conmemorativo del 50 aniversario funciona. ¡Cómo no iba a hacerlo! Sobretodo porque nos da a los fan actuales a los dos doctores que han redefinido la serie así como a dos de las companions más características desde su reestreno y además con una historia que si bien empieza floja adereza muy bien esa heroicidad y la comedia a la que nos tiene acostumbrados.



Tanto Hurt, como Tennant y Smith son más que solventes y se encuentran muy cómodos en el papel, y quizá ese factor ayuda al espectador a entrar en la historia sin reservas. Con un episodio con presupuesto y capaz de reformular la historia negra que ha venido acechando la mente del doctor desde tiempos inmemoriales.

Queda clara al fin la cohesión entre, ahora las 13 encarnaciones, con multitud de guiños al pasado de la serie, incluso al futuro, con la primera imagen de Peter Capaldi como nuevo doctor y la sensación de que al undécimo le quedan las horas contadas.



No quiero comentar nada más del episodio, que seguramente habréis visto, lo importante aquí era hablar de la importancia de la serie para el género de la ciencia ficción y en general del mundo televisivo como industria. Y el legado que nos va a continuar dejando esta producción transgeneracional que pide a gritos seguir siéndolo.