22 de mayo de 2016

The 100 se queda en el concepto



El tercer año de la serie de TheCW ha sido una decepción, en tramas, planteamiento y desarrollo del arco principal de la temporada. Una lástima, porque la idea era buena, buenísima, pero claro, la ejecución deja mucho que desear, y eso que solo lleva 45 episodios emitidos.

Spoilers de toda la temporada.

Cuando empezó The 100 parecía una serie ligerísima más de TheCW, no lo era y nos sorprendió, nos esperanzó. Sus audiencias nunca fueron buenas, pero el recorrido de su primera, y buena parte de su segunda temporada nos hacía presagiar que algo grande pasaba con ella. Algo que se ha ido diluyendo mientras que superhéroes con tramas “oscuras” llenaban la parrilla del canal con muchísimo más éxito y calado que esta adaptación de una trilogía literaria que dejó hace mucho tiempo de parecerse a su fuente madre.

La decepción es más fuerte cuando vemos como las tramas se encadenan sin ningún tipo de concierto y se van quemando etapas de forma tan acelerada que se pierde cualquier tipo de verosimilitud. Yo soy de los que piensa que cuando una serie abraza su mitología es cuando verdaderamente empieza a crearse un perfil respetable ante la audiencia, pero no a toda costa.

La idea de la ciudad de la luz era estimulante, todo nos recordaba incluso a lo mejor de BSG, con esa ALIE apareciendo con su vestido rojo y su gesto imposible. Nada más lejos de la realidad, puesto que 16 episodios después hemos visto como se desvirtuaban las muertes de los personajes y sus recorridos vitales. Estos son veletas que cambian con cada decisión que toman y que se pasan de un bando a otro en una guerra que nunca acaba y que llega a ser cansina, carente de ningún transfondo lógico. Lo épico debe llevar un mensaje detrás.

Si a eso le unimos la polémica entre el actor Ricky Whittle y Jason Rothenberg ya tenemos montado el drama. Desde luego las declaraciones del actor tienen muchísimo sentido, dejando al showrunner en una posición bastante incomoda.

Veremos que ocurre en la cuarta temporada, una tanda de episodios que tiene dos frentes abiertos bastante interesantes. El ultimátum de la tierra, que tiene unas cabezas nucleares a punto de estallar, y la deshumanización de una Octavia que cegada por la revancha es capaz de matar a Pike a sangre fría.

11 de mayo de 2016

Alicia ¿Qué es lo que tú sientes?



Potente final de la serie tras 7 años en antena. Sobre todo potente escena final, que comentaré más adelante. Si buscas un artículo que hable sobre como ha revolucionado esta ficción las series americanas, quizá llegues tarde, también si esperas una review al uso.

Spoilers sobre el final de The Good Wife.

¡Cómo he disfrutado la experiencia de visionado de esta serie! Con sus altibajos, con un inicio que me costó y con decisiones en la sala de guionistas que alguna que otra vez me parecían desacertadas, pero… ¡qué recorrido!, ¡con qué inteligencia han sabido soportar temporadas mastodónticas de 22 episodios sin aburrir al espectador!, porque que alguien me diga ¿Quién se ha bajado del carro con esta serie?

Bien es cierto que el final ha llegado en el momento oportuno, porque las tramas comenzaban a moverse en un círculo demasiado peligroso a menudo. 7 temporadas son perfectas para desarrollar el arco narrativo de una historia como la de Alicia, una Alicia que parece que no se parece en la nada a la de 2009, cuando tuvo que rehacer su vida y resurgir de sus cenizas, pero sí lo hace, porque si algo ha conseguido esta serie es, que lo obvio es obvio y que la evolución de su personaje principal no sea artificial, algo complicadísimo, que muy muy pocas series han conseguido. Ni Breaking Bad con su bajada a los infiernos consiguió que la evolución de Walter tuviera tanta verosimilitud, y es que Alicia sigue teniendo el mismo carácter que cuando empezó en la primera temporada. El paso de los años la ha hecho más fuerte, menos quebradiza, pero igual de recta, coherente con sus principios y necesitada de dar atenciones.

La Alicia que explota en el cuarto de lavar de su apartamento es una Alicia que no puede más, laboral y personalmente, y aunque ese sea el punto de inflexión, hay que tener en cuenta que tan solo es capaz de decidir sus prioridades en el último momento.



Tengo una pega. El exceso de melodrama en este final, donde ella recuerda sus tres amores principales, con la vuelta del personaje de Will. Es una jugada muy legítima, y acertada si queréis en cuanto al factor emocional, pero que lo que mueva a Alicia al final del todo sea el amor y no el empoderamiento que nos han querido vender, o que hemos nosotros presupuesto, no me acaba de gustar. Quizá sea cosa mía, pero a mi me daba igual con quién acabara, a mí me interesaban sus decisiones.

Vayamos a la última escena, yo os debo confesar que vuelto a ver el piloto, para comparar. Esa escena de las dos manos, que nos devuelve a ese primer capítulo, y la rueda de prensa con una Alicia en segundo plano, esta vez para liberarse. Que desaparece de la escena y le niega la mano a su marido para irse con un Jason que realmente no estaba allí. Pero vayamos a su encuentro con Diane. ESE encuentro.

Después de que Alicia decidiera airear la infidelidad del marido de esta y que factores personales entraran en juego. ESA mirada helada hacia Alicia, y ese estruendo, la merecida bofetada que le propina la mentora a la alumna, justo al revés que en otra la otra enorme serie de abogados Damages, y llega lo mejor del episodio, sin duda.

Alicia se recompone, se arregla el vestido, se seca las lágrimas y levanta su cabeza avanzando hacia el frente. Sabe que el bufete femenino ya no es una realidad, que quizá su nuevo amor no esté esperándola y que el desplante final a su marido le puede pasar factura, pero ella sigue adelante, quizá no siendo la buena esposa de la que todo el mundo habla, quizá solo siendo Alicia.