11 de abril de 2021

Padre Frank que estás en los…

 


 Me ha costado ver las dos últimas temporadas de Shameless, de verdad que sí. Puede que no superara la marcha de Fiona, o puede que los guionistas pusieran velocidad crucero y no quisieran saber nada más. ¿Para qué engañarme? Ha sido más bien lo segundo.

 Cuando una serie te ha dado tanto a nivel personal, es preciso despedirse de ella. A mi Shameless siempre me ha parecido miel, miel de la buena. Cruda, como la vida, ácida, descarada, nada moralista y con un “al final tu familia está ahí” que puede parecer un horror, pero era un acierto. Era un acierto porque no era una familia edulcorada de sujetarte el hombro o secarte las lágrimas… era una familia de despertarse por la mañana y pelearse por el Poptart de turno pero, al salir por la puerta, guiñarte el ojo y saber que, en el fondo, estaban.

 Los guionistas han hecho de las dos últimas temporadas una continuación sin mucha salsa. Los personajes estaban definidos y no han ido a ningún lugar. A lo sitcom de veinte minutos. Se lo comentaba a la gran Diana, que con ver los últimos tres episodios de la serie bastaba, que iba a enterarse de todo. Joder, eso en Shameless no pasaba.

 Spoilers sobre la temporada final de Shameless

 Y llega el final y te parte un poco el alma, te deja vacío porque llevas once años acompañando a esos personajes.

 En los flashbacks de un Frank moribundo ves imágenes de los primeros episodios y te das cuenta que, ha pasado muchísimo tiempo.

 Te parte el alma porque sabes que Frank iba a morir, que sus hijos no iban a echarle de menos y que el mundo es mejor sin él. Pero esa muerte por CoVid, esa silla que se eleva y que, con muy mala hostia, hace un repaso por un futuro no demasiado fácil para la mayoría de sus vástagos es oro.

 Por ello he decidido escribir sobre la serie y desempolvar el blog, mr_c me ha dado el empujón final. Tantas veces comentando la serie junto a ellos y al gran satrian no podía terminar sin una despedida.

 Emmy Rossum no ha aparecido en el final, sí su imagen en temporadas anteriores, pero ni rastro de la actriz. Aunque se la ha recordado. Ese es quizá el punto más flaco que nos deja esa final que te hace reflexionar, pero sin pesadumbre. Al puro estilo South Side.

 Frank, elevándose en la silla hacia el cielo, es el anti Mary Poppins, ni un poco de azúcar. Solo mala leche. Se arrepiente de las juergas que no se ha corrido, y joder, con lo que estamos viviendo, yo, seguro que el día que me vaya, pensaré lo mismo.

 

Pd: Prometo volver, de vez en cuando.

24 de agosto de 2020

A la sombra se está mejor

En agosto de sobreexplotación de ficciones da pereza pensar en lo que uno tiene pendiente por ver, en lo que debería estar devorando y comentando en Twitter, porque esto de aquí ya no. El desarrollo ya no. Yo a veces, poco entro en rebeldía.

Escribo sin miedos que casi no sabía de la existencia de What We Do in the Shadows. Oí hablar sobre ella un poco el año pasado, de pasada, y la había visto en el catálogo de HBO de pasada. Pero es que claro, yo pasando por ese catálogo nunca me suelo parar en series de adquisición, sino en los originals. Tanto era mi despiste que no sabía que era de FX, y ahí fue donde decidí hincarle el diente. Ahí y, no nos engañemos, porque me resultó curioso que tres de sus episodios fueran nominados a los Emmy a mejor guión.

 

Me ha sorprendido gratamente. El ambiente kitsch, los más que conseguidos efectos especiales y las maravillosas actuaciones de los protagonistas. La serie es una sitcom single-cámara con mucha inventiva y una premisa loca. Vampiros fuera de lugar que viven en Staten Island y que tienen un familiar que les ayuda a sus quehaceres. 

24 de junio de 2019

10 años después: Las mejores series de la década.


Aquí estoy. Más de un año después. Me fui sin despedirme, pero los blogs estaban muriendo y, esto no era lo fue. Cuando entro a ver los antiguos posts, me horroriza la redacción, pero me sonrojo al ver como ha cambiado la televisión (si aún es eso) desde hace casi once años.

En este post que cumplirá en meses los diez, hablaba de las mejores series de la década anterior. Este era mi top:

10. Alias.
9. The Big Bang Theory.
8. Six Feet Under.
7. The Office.
6. Weeds.
5. Buffy, The Vampire Slayer.
4. Gilmore Girls.
3. Lost.
2. Damages.
1. Battlestar Galactica.

Y diez años después he de deciros que no me arrepiento de nada. O casi. Quizá redistribuiría los puestos, no tocaría el top 6, eso sí. Y eliminaría The Big Bang.

¿Y por qué vuelves?

15 de octubre de 2017

Mindhunter: De oreja a oreja



Mindhunter es la nueva serie de moda. De una moda que durará 15 días. O 20.

Lo digo porque me da la sensación de que estamos ante una nueva y buena serie, que está fabricada y tiene todos los ingredientes para ser eso, una buena serie. Un slow-burn, como la llaman los americanos, que no es más que una serie de lenta.

Algo lento puede ser increíblemente bueno si llega a un fin, o un gatillazo si, al llegar el final de temporada se queda en lo estético. Muchos han comparado este fin de semana a la serie como una Mad Men de psicópatas, y claro, Mad Men tenía mucho de estético, pero no se quedaba en la superficie, rascaba mucho más allá. Para el espectador que quisiera encontrar, claro.

9 de octubre de 2017

Episodio final





Libre de Spoilers

Esos han sido mis pensamientos ante el final de mi comedia favorita en emisión. Una rara avis que me ha maravillado durante estos últimos años y me ha hecho disfrutar como ninguna otra sitcom ha sabido hacer. Ninguna otra, ni de cerca.

Episodes quizá no es para todos los públicos, porque tiene un humor más british que el típico americano al que muchos están acostumbrados, pero creo que quizá ha sido la mezcla entre ambos mundos, el hablar sobre la televisión y la locura que se está viviendo en el terreno de las networks y la ficción, y la unión de tres muy buenos actores, lo que ha hecho que esta serie fuese tan redonda.

Desprejuiciada, sin tópicos, con unos guiones inteligentes y muy cómicos, y todo escrito por solo sus dos creadores, que le han inferido un espíritu lleno de running gags con un pulso meticuloso.

Este es un post de amor hacia la serie, no voy a contar tramas ni como el final se hace perfecto. Solo sé que podría haber visto muchas más temporadas, que se despide en plena forma y que ¡Cómo he disfrutado de esta serie durante sus 5 temporadas! y ¡Qué lástima que se acabe ya!

24 de septiembre de 2017

Ver Dawson’s Creek 20 años después



Era una terrible cuenta pendiente que tenía en el cajón desde hace años. Era una serie que quería ver, pero que también me daba rabia, sobre todo por haber sido la niña mimada de la extinta TheWB y toda la publicidad que se llevaba. Sabía algunas cosas de la serie, pero no que pasaba en ella ni por qué la gente adoraba a Katie Holmes. Ahora lo sé. Y también sé que, aunque algo haya terminado hace 14 años… los spoilers siguen siéndolo, así que no leas nada si tienes intención de verla o estás a medias.

Escribo tras ver el final de la serie, ese final que te deja incomodo, apesadumbrado y que hace que el mal regusto que te dejan las dos últimas temporadas sea agridulce. La serie mantuvo un listón bastante digno durante sus tres primeras temporadas, supo aguantar el tirón en la cuarta, pero tras la muerte del padre de Dawson todo fue cuesta abajo, y muy cuesta abajo durante la quinta y toda la sexta, si obviamos algún episodio suelto y, como no, los tres capítulos finales.

¡Se queda con Pacey! Ya lo había oído, pero no quería que fuese cierto, por mucho que me sorprenda a mí mismo yo era #TeamDawson, y es que cuando la serie estaba en emisión solo leía que Dawson era un peñazo y que el personaje de Pacey le robaba la serie. Es cierto que el personaje de Dawson era pesado, condescendiente y monótono, pero el de Pacey también estaba bastante encaminado al cliché.  Al final el muelle de Dawson es el muelle de todos los demás menos de él, básicamente porque su historia es la de los que le rodean, y sobre todo Joey, el alma de la serie y de la que yo, también me he enamorado. El triángulo en la ficción se convertía en cuadrado ante la televisión.

Bromas aparte, la serie me ha hecho disfrutar bastante, y también desesperarme. Esos adolescentes que hablan como treintañeros redichos y que, bueno, no se comportan como adolescentes. A pesar de esto, había alma, y un buen lugar para desarrollarla y, aunque a veces no parezca tan importante, unos actores bastante solventes.

Me gusta que, a pesar del paso de los años, y de la época en la que está rodada, no sea una serie que caiga en lo fácil, ni que pase de puntillas ante la adolescencia. Me ha gustado que hable de cómo aprovechar el tiempo y del crecimiento personal. Desde un desamor de juventud, hasta la muerte de un progenitor, pasando por la búsqueda de tu alma gemela o la pérdida de la amistad. Es una metáfora, pero al ser adultos perdemos una parte de las amistades que teníamos, o la forma con la que la conocíamos. Y ese vacío, el vacío que dejamos con alguien con quien hemos compartido cosas que nos definen tanto, es un vacío grande.

El no querer esperar sentado a que la vida se acabe, el querer saberlo ya. Esa es la clave.