12 de junio de 2014

Orange is the new trend



La serie revelación ha vuelto, la segunda temporada demuestra, además, una evolución en las tramas, en el planteamiento y un refuerzo en los personajes secundarios que ganan mucho peso y muchos minutos. Eso sí, el humor negro y mordaz se sigue aplicando con cuentagotas y el melodrama asoma la cabeza quizá más de lo que podríamos pensar. No hay spoilers a continuación, solo entro a valorar los puntos fuertes y débiles del segundo año de la ficción digital.

Mucho se comentó sobre el protagonismo del personaje de Piper y las repercusiones que eso conllevaba, esto unido a la semi-baja de Laura Prepon y su personaje Alex Vause, ha hecho de esta temporada una mucho más coral, pero mucho mucho. Quizá porque sin el contrapunto de Alex el personaje de Piper se quedaba corto, casi sin pertenencia a ningún grupo en una cárcel que los ha creado bien diferenciados y en la que tanto Red como Vee han sido las principales protagonistas.





Para quienes hayan seguido Weeds he de decir que Jenji Kohan es una escritora de costumbres, y lo ha vuelto a demostrar, fijaos sino en el personaje de Piper y su irrefrenable egoísmo, un egoísmo que, como pasaba con Nancy Botwin, empieza a fastidiar a los de su alrededor. Piper ya no es una novata en la cárcel, sabe desenvolverse con gran soltura, pero son sus líos amorosos los que le hacen sufrir, y cuando estás en una cárcel con mujeres que tienen esos problemones tan grandes, el hablar o no con tu prometido y el ponerle los cuernos o no, hace de eso un tema tan melifluo que pierde toda la fuerza.

Otro de los aspectos más resaltables ha sido el salto directo al melodrama, no sé si la serie lo pedía o pensáis que era algo irremediable, pero las truculentas vidas de esas reclusas se apoderan de la serie, y sus penas y llantos hacen que irremediablemente estemos hablando de un drama, pero no ligero, un drama bastante duro en muchísimas ocasiones, mucho más duro de lo que pueda parecer en un primer momento y que nos alivian las muy necesitadas situaciones cómicas.

La duración de los episodios ronda siempre la hora, aunque la season finale sobrepasa la hora y media, como si de una película se tratara. Y eso, aunque parezca mentira, no evita el binge-watching, es decir, no aleja al espectador para que pueda ver más episodios, porque son muy adictivos, pero si se ha sabido estructurar muy bien cada episodio, como si fuese un capítulo de una novela, sin cliffhangers, pero con una interrelación más que sutil entre un episodio y otro.



Tengo la sensación de que la serie se abre a un público más amplio en esta segunda temporada, no sé si debido al éxito de la primera o no, pero parece más abordable, incluso en sus referencias a la cultura pop, que son maravillosas, pero mucho más mainstream. Parece que la serie amplía el espectro también con la inclusión de personajes de distintas edades para intentar abarcar más espectadores sin dejar de ser adulta.

Sin lugar a dudas el desarrollo de los personajes es su punto fuerte, y por ello me chirría y mucho el desarrollo que los guionistas dan a Vee, que como he dicho es un punto fuerte de la temporada, siendo un personaje sibilino pero con muy pocas aristas, muy plano y que desentonaba con la riqueza de los demás. Quizá intentar hacerlo más oscuro ha impedido que tuviera más riqueza.

Pero todo eso son detalles, detalles de una serie muy bien escrita y planteada, una serie que soy consciente que puede enganchar muchísimo pero también aterrar, no porque de miedo, sino porque trata temas adultos, complicados y que dan que pensar, y aquí sí que difiere con Weeds, aquí si hay arrepentimiento, aquí si hay consecuencias y sueños rotos. OItNB es atrevida, es divertida y es dura.

2 comentarios:

María Florencia dijo...

Tu post me ha encantado. Con la serie sigo teniendo mis reparos :P

seriéfilo dijo...

mfal: Gracias por lo que me toca y la verdad es que si, no es una serie para todos.O la amas o no.